Llamamos Proyecto Confianza a la propuesta pedagógica de los colegios corazonistas. El nombre viene dado por el principal valor que se puede ofrecer a una comunidad educativa: la confianza. Es el medio más seguro de crear un capital institucional que en muchos sitios todavía está por explorar.
El Proyecto Confianza está basado en cinco aspectos fundamentales.
- Las inteligencias múltiples. Las implicaciones de la teoría de Howard Gardner nos ayudan a profundizar en el desarrollo integral del alumno y el respeto por las diferencias individuales, por las capacidades y las habilidades de cada niño.
- El aprendizaje basado en valores. Sin descuidar el trabajo en otros valores, hacemos explícito en el curriculum nuestra apuesta por los valores institucionales: la confianza, la compasión, el esfuerzo, la humildad y la espiritualidad.
- El respeto por el ritmo evolutivo de cada niño. Para ello contamos con dos instrumentos clave: las tutorías personalizadas y la atención a la diversidad.
- Una cuidada atención a la lectura y la escritura, desde Educación Infantil hasta el Bachillerato. Plan de lectura y escritura.
- Una atención especial a la actividad extraescolar. Especialmente los deportes y el tiempo libre, áreas educativas que favorecen el desarrollo motor, afectivo, social y espiritual.
Nuestros valores son
- La confianza. Es uno de los pilares de nuestra escuela. Tiene que ver con la relación con los demás e implica una red de relaciones que se extiende a toda la comunidad educativa.
- La compasión. Se trata de percibir, comprender y ponerse en el lugar del otro. Es un valor que se inicia con el respeto, pero que va mucho más allá.
- El esfuerzo. Es la voluntad, la energía, el valor. Empeñados en vencer las dificultades para transformar nuestro mundo y hacerlo cada día más humano.
- La humildad. Estamos alejados de la ostentación y del envanecimiento en los propios méritos. Tenemos algo que aprender de todas las personas que aparecen en nuestra vida.
- La espiritualidad. Dios es imprescindible en la vida del hombre. Por eso cultivamos la religiosidad y el sentido transcendente de nuestras vidas.