Un colegio lector es aquel en el que los niños aprenden a amar los libros y en el que todos aceptan que la lectura es una prioridad. Un colegio lector ha decidido explícitamente colocar uno de sus objetivos pedagógicos más importantes en el amor a los libros. Esta focalización en los libros es importante por varias razones.
Las investigaciones demuestran que los niños a los que les gusta leer obtienen mejores resultados académicos en todas la materias. Desarrollar el amor por la lectura es uno de los medios más efectivos para elevar los resultados académicos de un colegio. Además, convierte a los niños en lectores para toda la vida, con los beneficios que esto conlleva. La educación del futuro va a tener un gran componente de autoaprendizaje, impulsado por las nuevas tecnologías. Darle a los niños las mejores herramientas para leer y escribir es ponerles en una posición privilegiada par aprender cualquier cosa.
Leer es un derecho de los niños. Cada niño tiene el derecho a convertirse en un buen lector. Para muchos niños, incluso para aquellos que proceden de familias donde no existe el aprecio por la lectura, el colegio debe ser el lugar privilegiado para conocer los libros. Los alumnos que terminan el periodo escolar sin haber tenido la posibilidad de acercarse a los libros como quien se acerca a sus mejores amigos habrán perdido una posibilidad de placer y de ocio para toda su vida.
A pesar de que la palabra leer no parece en ninguna de las leyes generales educativas españolas de los último 50 años y a pesar de que los estudiantes españoles suelen quedar por debajo dela media europea en comprensión lectora en las distintas pruebas internacionales, hay que destacar el esfuerzo de las distintas administraciones educativas para fomentar en los colegios la creación y desarrollo de planes lectores. El problema es que todavía hay muchos incrédulos. Muchos padres, profesores y alumnos siguen mirando con condescendencia las propuestas lectoras para los colegios sin dignarse a detenerse junto a los libros porque tienen muchas cosas importantes que hacer con respecto a los contenidos y el currículo.
La lectura es el el aire de la imaginación de los niños. Extiende su experiencia en la llanura del tambor del llano. Es el pasaporte de la princesa de la boca de fresa. Leer los clásicos de la literatura abre a los niños a mundos de experiencias, lugares y tiempos que de otra manera nunca podrán experimentar en la vida real. Leer por puro placer da la oportunidad de adentrarse en mundos de experiencias y conocimientos que en la mayor parte de los casos quedan fuera de los programas escolares.
Estrategia 1
Educadores comprometidos en el proyecto.
Un maestro puede hacer mucho para convertir a sus alumnos en lectores, pero no puede por sí solo convertir su colegio en un colegio lector. Es un proyecto que involucra todos los educadores. Los colegios comprometidos con la lectura emplean un método sistemático para formar lectores. Es esencial desarrollar el amor por los libros y por la lectura, pero también el conocimiento de los autores y del lenguaje de los libros y la elección de los libros que se van a ofertar a los alumnos. Hay que permitir que los alumnos que escojan sus propios libros, pero la presencia de un gourmet de la literatura siempre ayuda a evitar caminos llenos de piedras, de espinas y hasta de tedios. Los maestros trabajan conjuntamente para ofrecer un programa de lecturas que vaya creciendo curso a curso a la par que crecen los propios niños.
Estrategia 2.
Incluir la lectura en el curriculum.
Una buena manera de desarrollar el amor por la lectura es organizar las lecciones y las unidades didácticas alrededor de la lectura de textos interesantes. Un buen texto tiene la posibilidad de desarrollar los conocimientos que aparecen en el curriculum y, al mismo tiempo, involucrar a los alumnos a seguir leyendo sobre el tema. La lectura de poesía pues ser especialmente interesante en las clases de lengua porque permite estudiar las formas poéticas, el vocabulario y los elementos connotativos del lenguaje. Es decir, la capacidad de la lengua de decir cosas distintas del significado estricto de las palabras. El debate posterior que sucede a todos los ejercicios con textos en el aula favorece el trabajo cooperativo, la confrontación de ideas, el desarrollo de argumentos. Todo esto puede ser aprovechado para dotar de cuerpo al texto escrito con el que los alumnos finalizan el aprendizaje mediante textos. Se trata de un ciclo formativo que es el principio de cualquier trabajo humanístico.
Otra de las actividades que puede reportar grandes beneficios es la lectura que se les hace a los niños, sobre todo en los cursos de Educación Infantil y Educación Primaria. Hay niños que tienen la costumbre de que se les lea en casa. Pero otros no tienen esa suerte. El colegio es el lugar privilegiado para que también disfruten de la experiencia. Los niños tienen que acostumbrarse a los libros casi desde la cuna. Necesitan escuchar historias que, además de desarrollar la comprensión, establezcan lazos entre los libros y sus crecientes conocimientos sobre el mundo. Después llegará el momento de compartir el mismo libro para un grupo y de realizar actividades individuales o en grupo propuestas por el mismo libro: juegos, rompecabezas, dramatizaciones, músicas, etc.
La creación de clubs de lectura, donde padre y madres voluntarios leen a los niños puede ser otro buen recurso para fomentar la lectura. Proporciona a los niños modelos de adultos que leen por el simple placer de hacerlo.
También los alumnos mayores deben tener la oportunidad y el tiempo para leer en el colegio. Para algunos estos ratos serán los únicos momentos semanales que puedan leer de forma independiente. Proponer un debate sobre el libro que se está leyendo es un modo excelente de confrontar ideas y una forma de celebrar los gozos de la lectura. El acceso a los clásicos de la literatura en la educación secundaria es una manera de ofrecer a los alumnos la entrada en mundos que van más allá de su propio campo de experimentación. Este es un camino que no pueden hacerlo solos. Necesitan un guía que esté pendiente de una lecciones bien planeadas, de textos que sirvan para leer, discutir y gozar del amor hacia los libros y la literatura.